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Punto de reciclaje y reutilización del museo suma contenedor para residuos textiles
Una nueva alianza de cooperación sostenible que incentiva la economía circular vincula al Museo de Historia Natural de Valparaíso y el emprendimiento ambiental de la empresa Retrocicla, organización liderada por cinco mujeres de la región de Valparaíso, que se dedican a la gestión del reciclaje textil, la propuesta tiene como objetivo generar conciencia respecto a los desechos textiles valorizándolos y reutilizándolos, ya que su impacto ambiental es uno de los más negativos a nivel mundial, debido a que generan una importante huella de carbono, hídrica, y de sobreconsumo.
Retrocicla se ha adjudicado un fondo CORFO lo que ha permitido implementar diferentes puntos de reciclaje en la región, donde muchas de las prendas reunidas son donadas a diseñadores y otras son destinadas a la venta, desarrollando nuevas líneas de vestuario y accesorios upcycling.
En tal contexto el Museo de Historia Natural de Valparaíso promueve la valorización de los residuos contando de forma permanente con un punto de reciclaje y reutilización abierto a la comunidad para residuos electrónicos, plásticos PET 1 y PET2, tapitas plásticas, libros y textos escolares, sumando a éstos la valorización de los residuos textiles.
Para realizar tus aportes y no continuar botando ropa a la basura retrocicla incentiva su donación, con algunos requerimientos como que la ropa esté en buen estado, sea lavada, tenga etiquetado y sea depositada en el contenedor indicado, se aceptan jeans, lana, polyester, algodón, lino, seda, cuero, ecocuero y viscosa. No se aceptan zapatos, carteras, cinturones, ropa interior, trajes de baño, sábanas, toallas, maletas, peluches, cortinas, cubrecamas, plumones, pieceras ni manteles.
Existe entonces la necesidad de cambiar la forma en que las sociedades producen y consumen bienes, término conocido como economía lineal, por una manera circular que potencie el desarrollo sostenible y la sustentabilidad, de lo cual no está ajena la industria de la moda.
¿La moda puede ser sostenible?
Debemos buscar maneras responsables y respetuosas con la Tierra mediante un modelo superador, positivo y posible. En la actualidad debemos frenar el fenómeno llamado fast fashion y a la lógica de consumo basada en el “compro-uso-descarto” que éste implica.
El fenómeno fast fashion, es un modelo de producción que prioriza la inmediatez del consumo por sobre el bienestar del planeta y de las personas y que ha contribuido a que la naturaleza no llegue, por ejemplo, a regenerar los recursos demandados por la humanidad en el período de un año, lo que se conoce como sobregiro ecológico de la Tierra.
Se estima que el 87% de los desechos textiles se queman en vertederos incluido en el desierto de Atacama o va a parar a los mares. En la actualidad Chile lidera el ranking en Sudamérica sobre consumo de ropa per cápita, ya que cada chileno consume alrededor de 50 prendas textiles y casi 6 pares de zapatos (El Mercado de la moda en Chile, ICEX, 2021).
De acuerdo con cifras de la Alianza de las Naciones Unidas para la Moda Sostenible y la Conferencia de la ONU sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD, por sus siglas en inglés) recogidas en una publicación en 2021, el impacto negativo de la industria textil representa:
• 8% de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI);
• 215.000 millones de litros de agua al año;
• 500.000 toneladas de microfibra desechadas en el mar
• 20% de las aguas residuales del mundo.
A estos índices, se suma que el 73 por ciento de la ropa post consumo es botada a la basura y menos del 1 por ciento se recicla, impactando no solo al medio ambiente, sino también la salud y bienestar humano.
La huella ecológica de una prenda es devastadora. Hoy en el mundo se venden 2 mil millones de jeans al año, la mayoría son de algodón, una planta muy exigente en agua, y hacer un jeans requiere aproximadamente de 8 mil litros. Junto con ello, el algodón es el cultivo más contaminante al utilizar una cuarta parte de los insecticidas producidos en el mundo para el 2,4 por ciento de la superficie cultivada del planeta. Una polera requiere 140 g de pesticidas y fertilizantes químicos y emite 5,2 kg de CO2, correspondiente a 27 km en avión.
Por lo anterior, es muy importante acercar a la comunidad la problemática y acciones que ayudan a mitigar el impacto negativo que genera la industria de la moda y su consumo, de esta forma la implementación de un contenedor para residuos textiles en el museo es un gran aporte, que esperamos continuar promoviendo y fortaleciendo para una cultura de sostenibilidad.
Cinthia Mora Troncoso, Encargada en gestión ambiental