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Comisión Chilena de Energía Nuclear (CCHEN) y el CNCR colaboran en la conservación de un cuerpo momificado
Las dos instituciones públicas, trabajan en un proyecto de conservación enfocado en un cuerpo momificado de origen arqueológico perteneciente al Museo Regional de Antofagasta. Este corresponde a un fardo funerario de un individuo de la cultura Topater del período formativo (1.000 a. C. – 500 d. C.) y que actualmente sufre biodeterioro activo causado por un ataque de polillas.
En el contexto del convenio marco de colaboración que poseen ambas instituciones, el CNCR solicitó la cooperación de la CCHEN para realizar un tratamiento de desinsectación por anoxia en el cuerpo momificado. Utilizando una cámara multipropósito que se encuentra en el Centro de Estudios Nucleares (CEN) Lo Aguirre (comuna de Pudahuel), se busca exponer el fardo a una atmósfera baja en oxígeno, mediante la generación de vacío medio e introducción de gas nitrógeno. Este tipo de procedimiento permite eliminar los insectos sin dañar los diferentes materiales que componen el fardo funerario como su piel, huesos y pelo; indumentaria textil, calzado de cuero, adornos plumas y cuentas de conchas.
El equipo de trabajo conformado por el Departamento Reactores de Investigación y Combustible Nuclear de la CCHEN, junto con profesionales de la Unidad de Ciencias de la Conservación y la Unidad de Patrimonio Arqueológico y Etnográfico del CNCR, se encuentra actualmente sometiendo el tratamiento a rigurosas pruebas de seguridad y eficacia.
Las mediciones de parámetros como oxígeno, humedad y temperatura se realizan en las pruebas para asegurar condiciones óptimas para la conservación del cuerpo y efectividad del tratamiento. También se han introducido materiales sensibles similares a los del cuerpo momificado en la cámara, lo que permite monitorear su reacción. Además, utilizando un prototipo de cartón con las dimensiones del cuerpo, se han evaluado las características del espacio y se ha diseñado un sistema de embalaje de conservación, junto con las modificaciones necesarias en la cámara para manipular con seguridad y facilidad el cuerpo durante el proceso.
Además del tratamiento de anoxia, en el contexto del convenio marco, se han realizado otros estudios a este cuerpo momificado, como una termografía, con el objetivo de identificar posibles focos de humedad al interior del cuerpo que pudiesen propiciar procesos de descomposición. La aplicación de esta técnica no destructiva y no invasiva para el diagnóstico de un cuerpo momificado resulta una innovación sin precedentes en el área de la conservación patrimonial.
Este tipo de trabajo colaborativo e interdisciplinario resulta un valioso aporte en la preservación del patrimonio cultural nacional y abre la posibilidad de futuras aplicaciones que beneficien a más instituciones que resguarden patrimonio.